Ritmos Son
Ritmos includos en Afro Latin Drum Machine, para iOS
Son
Género vocal, instrumental bailable, que constituye una de las formas básicas dentro de la música cubana. Presenta, en su estructura, elementos procedentes de Ias músicas africanas (Bantú) y españolas, pero ya fundidos en lo cubano, confluyendo en él giros rítmicos, estribillos, modos percutivos, entonaciones y sonoridades de Ias cuerdas pulsadas que denuncian sus dos fuentes originarias. Se baila por pareja enlazada, y para producir su música se emplea una amplia gama instrumental que puede ir de un simple tres O guitarra, a veces acompañados de marímbula, güiro y bongó, hasta grupos más grandes y complejos.
Odilio Urfé señala al son como:“ el exponente sonoro más sincrético de la identidad cultural cubana, su existencia verificada comienza concretamente en Ias postrimerías del siglo XIX, en una ubicación zonal múltiple que comprende los suburbios montuneros de algunas ciudades orientales, como Guantánamo (con el Changüí), Baracoa (lugar donde, según Sindo Garay, se originó el tres cubano), Manzanillo (con su base organera) y Santiago de Cuba con sus barrios folklóricos de emplazamientos sub-urbanos.
Por su extracción, desarrollo, características sonoras y coreográficas y uso social, el son cubano devino históricamente como el medio de expresión más idóneo y representativo para Ias capas humildes de Ia estructura socio-económico-política de Ia Cuba de Ia primera posguerra.
Nené Manfugás fue un negro tresero de origen haitiano que llevó los primeros sones a los carnavales de Santiago de Cuba en 1892. Hay que notar que llevaba su música con un instrumento originalmente de cuerdas, cuya tradición es española. A mediados del siglo XIII hubo un gran éxodo de haitianos al oriente cubano, en especial hacia Guantánamo y Santiago de Cuba a donde llegaron alrededor de unos 500,000. La mayoría se fue a trabajar a las montañas de la Sierra Maestra en los cafetales de sus amos franceses. En las siguientes décadas la música religiosa haitiana fue cubanizada. La música haitiana no es totalmente africana, ya que los haitianos llegaron a Cuba con sus amos que eran franceses y la música que hizo el haitiano era una mezcla de la contradanza francesa con influencias africana y española. A muchos de los esclavos haitianos, llevados al oriente cubano por sus amos, se les debe el enriquecimiento y transformación en la cultura y la economía que se originara en esta región en la mencionada época. Algunos autores sostienen que no es posible hablar de cubanía, sobre todo en Guantánamo, Santiago de Cuba, Camagüey y Ciego de Ávila, sin tener en cuenta la huella haitiana. El sistema de plantación cafetalero coincidente con la emigración haitiana se hizo muy fuerte en el territorio oriental de la isla de Cuba y trajo consigo, de forma muy particular, la tradición danzaria conocida como la Tumba Francesa, con vigencia en la actualidad mediante tres sociedades: la Caridad de Oriente, en Santiago de Cuba; la Pompadour, en Guantánamo; y La Bejuco, en Sagua de Tánamo. Los conocedores aseguran que los antecedentes de la rumba y el guaguancó cubanos se encuentran precisamente en la Tumba Francesa y al Son viniendo del Changui.
El complejo del son cubano transitó triunfalmente por el Caribe, América Latina, Norteamérica, Europa y otras áreas del mundo.
El son se trasladó de Oriente a La Habana sobre 1909, llevado a Ia capital por los soldados del Ejército Permanente, en un proceso de transculturación que determino la entrada en Ia región oriental de Ia rumba. La incorporación del género a Ias orquestas danzoneras, al componer José Urfé, en 1910, su danzón El bombín de Barreto, adicionándole un motivo de son a su parte final, y el surgimiento del legendario Sexteto Habanero, en 1920 y posteriormente Septeto Nacional, le dieron enorme auge al son cubano. Bailado inicialmente en accesorias, solares y academias de baile por capas Populares —los estratos burgueses lo rechazaron y el gobierno llegó a prohibirlo por considerarlo inmoral— los salones de baile de La Habana, y de las ciudades importantes, tuvieron que abrirle sus puertas, y las casas impresoras de discos le dieron una difusión ilimitada. Autores clásicos del género como Bienvenido Julián Gutiérrez, Ignacio Piñeiro y Arsenio Rodríguez, e intérpretes como el trompetista Félix Chapottín y el genial cantante Benny Moré, son figuras determinantes en un desarrollo progresivo que abarcó casi todos los estratos musicales cubanos y que influyó —influye— en no poca de Ia producción de diversas zonas del mundo.
Sobre la estructura del son escribió Emilio Grenet: “consiste en Ia repetición de un estribillo de no más de cuatro compases originalmente llamado montuno, que se canta a coro, y un motivo de contraste para una voz a solo que no solía pasar de los ocho.
Inicialmente los grupos de son estaban formados por guitarra, tres bongó, botija o marímbula (luego contra-bajo), claves y maracas; después se le agregó una —o más— trompetas. Actualmente el formato para interpretar el género es ilimitado. El son ha conocido numerosas variantes, algunas con personalidad casi independiente. Urfé menciona el son montuno, el changüí, el sucu-sucu, el flongo, Ia regina, el son de los permanentes, Ia bachata oriental, el son habanero, la guajira son, la guaracha son, el bolero son, el pregón son, el afro son, el son guaguancé, el mambo y el cha-cha-chá. El son cubano suele ser ubicado dentro del complejo sonero del área del Mar Caribe. En su análisis de aspectos esenciales del género nos dicen Rosendo Ruiz, hijo, y Vicente González Rubiera, Guyún: “Una de las características fundamentales que definen el carácter del son cubano, se da en la singular distribución de las diferentes franjas o líneas tímbricas que componen su complejo percusional y rítmico-armónico, determinando en el conjunto instrumental una sin igual polirritmia. Mediante examen de viejos sones musicalmente escritos y en base a la experiencia auditiva, puede afirmarse que el son (ya en su forma clásica, evolucionada, tal como lo interpretaban los sextetos y septetos de la capital habanera hacia los años veinte) presenta tres franjas claramente definidas por su timbre percusional y diseño rítmico-armónico característico (el contrabajo ejecutado en pizzicato y la guitarra con su típico rayado-ras-rasgueado semipercutido no son, desde luego, instrumentos de percusión, pero se suman aI complejo percusional en base a la manera que los ejecuta el sonero). Mediante un diseño constante a cargo del contrabajo ejecutado en pizzicato se fija Ia base rítmico-armónica del son. Constituye el llamado bajo anticipado (sincopado) y resume Ia esencia rítmica y expresiva del primitivo son oriental expresado en las bungas orientales, pequeños grupos de son integrados por un tres, guitarra y cantantes. Mientras el tres puntea sus motivos, Ia guitarra sostiene invariable un patrón acompañante en un rayado (rasgueado semi-percutido) que en compás de 2/4 corresponde en valores musicales a dos grupos de cuatro semicorcheas. El ataque de este rayado conlleva un singular desplazamiento de acentos que sólo dominan quienes conocen el género a fondo. Las maracas y el bongó duplican rítmicamente en idéntica figuración a Ia guitarra. El módulo rítmico de la clave presenta un diseño bicompasado. En compás de 2/4, el primer compás (fuerte) es ocupado por el llamado “tresillo cubano”, en tanto que el segundo compás (débil) se integra en silencio de corchea-corchea-corchea-silencio de corchea.
En resumen puede decirse que en el complejo instrumental del son (sexteto o septeto) se evidencia una constante y contrastante yuxtaposición de tres franjas rítmicas independientes en proyección dinámica. La primera línea (sincopada) se representa en el bajo anticipado. La segunda la integran a un tiempo la guitarra acompañante, las maracas y el bongó (este último en la primera parte del son, ya que en el estribillo el bongó abandona su ritmo constante —martillo—— y se desplaza en variaciones e improvisaciones rítmicas libres). Ambas franjas ya referidas se acondicionan y someten al módulo métrico bicompasado del toque de claves.
La presencia de este género cubano es importante —y creciente—, a escala universal, dentro de Ias expresiones musicales más auténticas y valiosas actualmente.
Ritmos de Son y variaciones
Son 2-3
Primera muestra de ritmo -Son 2-3 (1)- con set de instrumentos standard compuesto por Maracas, Claves, Campana Grande, Quinto y Conga grave. Los ritmos 2-3 están basados en la Clave 2 - 3, la cual indica que la primera mitad del patrón contiene 2 notas y la segunda mita del patrón contiene 3 notas.
En el segundo ritmo -Son 2-3 (2)- cambiamos las claves por el timbal tocando el patrón de cáscara 2-3
Son 3-2
Primera muestra de ritmo -Son 3-2 (1)- con set de instrumentos Standard aplicando la clave 3 - 2. Los ritmos 3 - 2 están basados en la Clave 3 - 2, la cual indica que la primera mitad del patrón contiene 2 notas y la segunda mita del patrón contiene 3 notas.
En el segundo ritmo -Son 3-2 (2)- cambiamos las claves por el timbal tocando el patrón de cáscara 3-2
Son Montuno 2-3
Al llegar el son a La Habana y a otras provincias de alrededor como Matanzas, se fue enriqueciendo con el trabajo de los sextetos y septetos, por músicos y también por la gente pobre que vivía en los solares. Otro elemento muy importante en el desarrollo del son lo constituyó la aparición de las compañías discográficas.
Arsenio Rodríguez desarrolló el lenguaje del son montuno y esto determinó que fuera aceptado como un ritmo con personalidad propia, separado del son. En el son montuno la repetición del coro y la intensidad de la ejecución determinan esa diferencia. En el son montuno juega también un papel primordial la improvisación de los músicos solistas. Arsenio fue un virtuoso ejecutante de su instrumento.
En Afro Latin Drum Machine para iOS podemos encontrar hasta 5 variaciones de Son Montuno con clave 2 - 3
Son Montuno 3-2
Con el tiempo el son montuno desarrolló un "momento" de la canción que Arsenio denominó como «diablo». El diablo dentro de la canción viene a ser como una explosión, como otra parte intensa. La banda se destaca haciendo improvisaciones y convirtiendo al «diablo» en la parte más álgida del tema musical, en algo análogo a las improvisaciones colectivas del dixieland. El son montuno y en especial el «diablo» se caracterizan por su complejidad y originalidad. Estos elementos cubanos influenciarían más tarde otros ritmos fuera de Cuba como el jazz. En Afro Latin Drum Machine podemos encontrar hasta 5 variaciones de Son Montuno con clave 3 - 2
Son Kick 2-3
La llamada Salsa no se construyó solamente sobre los ritmos Cubanos. Los músicos norteamericanos aportaron las progresiones tipo jazz que se iban dando paralelamente en el Mambo y otros ritmos que definieron este estilo musical bailable. En esta fusión se aportan nuevos instrumentos de percusión como el bombo. En Afro Latin Drum Mahcine tenemos 4 variaciones de Son 2-3 con bombo.
Son Kick 3-2
En esta sección tenemos 4 variaciones del Son 3 - 2 con bombo